El acordeón esgrime notas sublimes
Llenas del hoy y el ayer
Haciéndonos temblar, volar
En armonías a veces cíclicas
O renovándose a cada instante
Lleno de gracia, o muerto talvez
Nos aventura por paisajes mágicos
Para sin aviso arrastrarnos a la desolación
Así el concierto va tomando color
Y el desconcierto también tiene su lugar
Entre alegrías y tristezas, vacíos,
Plenos, solos y la final consagración
Pero para todo acordeón hay un acordeonista
El acordeonista desarrolla con ímpetu su obra
Con destreza, va procurando la perfección
Tras el paso del tiempo ha desarrollado la experiencia
Y su calidad ya no es casual, accidental
Los errores van disminuyendo, así como también sus despropósitos,
Evitando así manchas en la calidad del mensaje
El artista ya tiene muchos intentos en su haber
y sabe ahora que la practica lo trajo hasta aquí
Improvisa con soltura y menos dudas
Porque la experiencia hace a su claridad
Y esa claridad facilita su improvisación majestuosa
El acordeonista sabe que tocar es su vida
Porque la vida... es tocar
22 enero 2008
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